Lo estuve pensando, y me decanto por decir que no. La razón es sencilla: en el español, para denominar objetos, a menudo importa mucho la función que cumple dicho objeto dentro del plexo en el que se encuentra, tanto o más que las características físicas que el mismo pueda tener. Por lo tanto, el objeto no cobra sentido sino después de haberlo considerado como parte de un todo. Cada ámbito requiere comprenderlo como un todo y las funciones que cada objeto cumple, para así poder asignarle a cada objeto su respectivo término. Es lo que tanto le llaman hablar con propiedad.
En tu caso estamos hablando de un contexto de un cementerio o un velorio; es una especie de ‘recipiente’ pero no es cualquiera: es uno que contiene los restos de lo que otrora fuera una persona, lo cual es bien distinto de un recipiente que por ejemplo guarda basura. Por lo tanto, alguien que le diga ‘tarro’, ‘jarra’, ‘jarrón’, ‘vaso’, ‘vasija’‚ ‘tacho’, ‘tambo’, etc. en mi opinión sería un desubicado. ‘Recipiente’ parecería una suerte de intento por salir del paso usando vocabulario genérico, pero tampoco termina de cerrar.
En conclusión, hay ciertos términos especializados que hacen referencia a la función que el objeto debe cumplir, más que a la forma que éste pudiera llegar a tener. Urna es uno de dichos términos y conozco dos acepciones según dos respectivas posibles funciones: o bien contener los sobres con los votos en un sufragio, o bien contener las cenizas de una persona muerta cremada.
Para reforzar el argumento, algunos otros ejemplos:
- En náutica, estando en una embarcación, no le digas ‘sogas’ a los cabos a menos que quieras hacer enojar al capitán. Tampco digas ‘enrollar’ en lugar de adujar un cabo—te van a echar!
- En electrónica, no le digas ‘perillas’ a los potenciómetros, sería una gran equivocación porque una perilla no necesariamente consiste en un potenciómetro. Tampoco confundas potenciómetro con preset.
- En cocina, no confundas olla con cacerola; las dimensiones y los platos que se cocinen dentro pueden ser diferentes aunque todo el mundo confunde ambas cosas.
- En el ajedrez, no le digas reina a la dama. Nah mentira, ambos términos son perfectamente válidos. Sin embargo, es mucho más práctico decirle dama y es lo que casi todo el mundo hace porque ayuda a la hora de anotar jugadas (D=dama, R=rey).
- Por último, no caigas en el vicio que tienen muchos nativos de llamarle ‘coso’ o ‘cosito’ a cada objeto que tienen, usan y se van hallando por la simple fiaca de no haber estudiado el vocabulario adecuado que se requiere para nombrar adecuadamente a cada cosa. Vas a dar una pésima impresión de persona inculta a tus pares.
Saludos y Felices Fiestas