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Antes pensaba… Ahora pienso…
Antes pensaba que al
planificar mis clases debía
asegurarme de cubrir los
contenidos definidos en el
plan de estudio utilizando
actividades de aprendizaje
activo.
Antes pensaba que debía
encontrar herramientas
digitales interactivas para
poder mantener a mis
estudiantes atentos e
involucrados en clase. Antes
pensaba que debía utilizar
herramientas digitales
convenientes o aquellas que
hayan sido adquiridas por mi
institución.
Ahora pienso que la herramienta que
seleccione debe responder al objetivo que
quiero lograr y a la evidencia que aceptaré
como válida de que mis estudiantes lo han
alcanzado (Tokuhama-Espinosa, 2021).
¿Quieres saber más? Revisa la Mini-
Biblioteca de Diseño Inverso.
Ahora pienso que debo diseñar una buena
experiencia educativa empezando con el fin en
mente (Wiggins & McTighe, 2005). Ahora
pienso que debo primero determinar los
objetivos de mi clase y luego definir la
evidencia que aceptaré como válida de que
mis estudiantes han alcanzado los logros
esperados (Wiggins & McTighe, 2011); y, solo
después, definir las experiencias de
aprendizaje que vivirán mis estudiantes
(McTighe & Willis, 2019).
¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca
de Diseño Inverso.
Antes pensaba que el tiempo
presencial que tenía con mis
estudiantes era el mejor
momento para poder dar una
excelente charla magistral.
Antes pensaba que el tiempo
no presencial debía
dedicarse a tareas de
aplicación de los temas
trabajados en clase.
Ahora pienso que la tecnología permite a
mis estudiantes acceder a la información
teórica de muchas maneras asincrónicas,
por lo que no necesariamente tengo que
dictar una charla magistral (Persky &
McLaughlin, 2017). Ahora pienso que
podemos aprovechar el tiempo que
tenemos juntos para profundizar sobre el
tema y facilitar la aplicación del aprendizaje
(Akçayır & Akçayır, 2018). Ahora pienso que
mi rol en el aula no es transmitir información
a mis estudiantes, sino aprovechar nuestro
tiempo de trabajo sincrónico para apoyarlos
en sus procesos de aprendizaje y ayudarles
a llegar mucho más lejos de lo que podrían
haberlo hecho por su propia cuenta
(Rehman & Fatima, 2021).
¿Quieres saber más? Revisa la Mini-
Biblioteca de Aula Invertida.
Antes pensaba que para ser
justo con mis estudiantes
debía brindarles experiencias
educativas iguales.
Ahora pienso que para trabajar con cada
uno de los individuos de mi clase y darles lo
que necesitan debo diferenciar su
experiencia de aprendizaje (Ferlazzo, 2019).
¿Quieres saber más? Revisa la Mini-
Biblioteca de Diferenciación.
Antes pensaba que si quería
diferenciar mis clases debía
crear una experiencia
educativa diferente para cada
uno de mis estudiantes.
Ahora pienso que si bien cada uno de mis
estudiantes es diferente en relación a lo que les
interesa y les llama la atención, su motivación,
y sus experiencias previas, existen patrones de
cómo aprenden las personas (Betts et al.,
2019) de los cuales puedo aprovechar al
momento de diferenciar mis clases.
¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca
de Diferenciación y la Mini-Biblioteca del
Principio 1: Singularidad del Cerebro.
Antes consideraba difícil
implementar la diferenciación
en mi clase por lo que a
menudo recurría a un modelo
único de enseñanza
Ahora pienso que puedo aprovechar de la
tecnología para que diferenciar mis clases para
todos mis estudiantes sea muy manejable
(Maeng, 2017).
¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca
de Diferenciación.
Antes pensaba que había
mucho valor en utilizar
evaluaciones sumativas en
mis clases para evaluar el
aprendizaje de mis
estudiantes en un momento
en particular.
Ahora pienso que para evaluar adecuadamente
el aprendizaje de mis estudiantes es importante
utilizar evaluaciones formativas que me
permitan considerar que el aprendizaje es
progresivo (Leighton & Bustos Gómez, 2018) y
los cambios constantes por los que pasa el
cerbero (Tokuhama-Espinosa, 2021).
¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca
de Evaluación y la Mini-Biblioteca del Principio
4: Cambios Constantes.
Antes pensaba que sería muy
difícil cambiar del modelo de
evaluación sumativa al uso de
evaluaciones formativas.
Antes aplicaba evaluaciones
del aprendizaje.
Ahora pienso que evaluar para el aprendizaje
es manejable mediante la planificación de
actividades nuevas en mis clases (Lam, 2013),
la adaptación de mis mecanismos de
evaluación actuales (Broadbent et al., 2018) y el
aprovechamiento de la tecnología (Sanchez et
al., 2020).
¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca
de Evaluación.
Antes pensaba que la salud
psicológica, física y
emocional de mis estudiantes
impactaba en algo su
aprendizaje, pero que este no
debía ser un enfoque en mis
clases.
Ahora pienso que, sin emociones, no hay
aprendizaje (Immordino-Yang & Damasio,
2007). Ahora pienso que debo priorizar el
bienestar socioemocional de todas las partes
involucradas para mejorar la enseñanza y el
aprendizaje (Chen, 2019; Durlak et al., 2011).
¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca
de Neurociencia Afectiva.
Antes pensaba que las
tendencias educativas eran
importantes fuentes de
información para mi práctica.
Ahora pienso que debo evaluar las tendencias
y la investigación educativa críticamente, con
base en evidencia (Diery et al. 2020).
¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca
de Educación Informada por Evidencia.
Antes pensaba que nuestro
rol como docentes era el
trabajo en el aula.
Ahora pienso que nuestro rol como profesores
es ser docentes e investigadores (Churches et
al., 2017).
¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca
de Investigación Educativa y la Mini-Biblioteca
de Educación Informada por Evidencia.
© Borja, 2021 adaptado de Borja, en prensa
EDUCACIÓN
www.thelearningsciences.com

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Ahora pienso que debo primero determinar los objetivos de mi clase y luego definir la evidencia que aceptaré como válida de que mis estudiantes han alcanzado los logros esperados (Wiggins & McTighe, 2011); y, solo después, definir las experiencias de aprendizaje que vivirán mis estudiantes (McTighe & Willis, 2019). ¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca de Diseño Inverso. Antes pensaba que el tiempo presencial que tenía con mis estudiantes era el mejor momento para poder dar una excelente charla magistral. Antes pensaba que el tiempo no presencial debía dedicarse a tareas de aplicación de los temas trabajados en clase. Ahora pienso que la tecnología permite a mis estudiantes acceder a la información teórica de muchas maneras asincrónicas, por lo que no necesariamente tengo que dictar una charla magistral (Persky & McLaughlin, 2017). Ahora pienso que podemos aprovechar el tiempo que tenemos juntos para profundizar sobre el tema y facilitar la aplicación del aprendizaje (Akçayır & Akçayır, 2018). Ahora pienso que mi rol en el aula no es transmitir información a mis estudiantes, sino aprovechar nuestro tiempo de trabajo sincrónico para apoyarlos en sus procesos de aprendizaje y ayudarles a llegar mucho más lejos de lo que podrían haberlo hecho por su propia cuenta (Rehman & Fatima, 2021). ¿Quieres saber más? Revisa la Mini- Biblioteca de Aula Invertida. Antes pensaba que para ser justo con mis estudiantes debía brindarles experiencias educativas iguales. Ahora pienso que para trabajar con cada uno de los individuos de mi clase y darles lo que necesitan debo diferenciar su experiencia de aprendizaje (Ferlazzo, 2019). ¿Quieres saber más? Revisa la Mini- Biblioteca de Diferenciación. Antes pensaba que si quería diferenciar mis clases debía crear una experiencia educativa diferente para cada uno de mis estudiantes. Ahora pienso que si bien cada uno de mis estudiantes es diferente en relación a lo que les interesa y les llama la atención, su motivación, y sus experiencias previas, existen patrones de cómo aprenden las personas (Betts et al., 2019) de los cuales puedo aprovechar al momento de diferenciar mis clases. ¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca de Diferenciación y la Mini-Biblioteca del Principio 1: Singularidad del Cerebro. Antes consideraba difícil implementar la diferenciación en mi clase por lo que a menudo recurría a un modelo único de enseñanza Ahora pienso que puedo aprovechar de la tecnología para que diferenciar mis clases para todos mis estudiantes sea muy manejable (Maeng, 2017). ¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca de Diferenciación. Antes pensaba que había mucho valor en utilizar evaluaciones sumativas en mis clases para evaluar el aprendizaje de mis estudiantes en un momento en particular. 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Antes pensaba que la salud psicológica, física y emocional de mis estudiantes impactaba en algo su aprendizaje, pero que este no debía ser un enfoque en mis clases. Ahora pienso que, sin emociones, no hay aprendizaje (Immordino-Yang & Damasio, 2007). Ahora pienso que debo priorizar el bienestar socioemocional de todas las partes involucradas para mejorar la enseñanza y el aprendizaje (Chen, 2019; Durlak et al., 2011). ¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca de Neurociencia Afectiva. Antes pensaba que las tendencias educativas eran importantes fuentes de información para mi práctica. Ahora pienso que debo evaluar las tendencias y la investigación educativa críticamente, con base en evidencia (Diery et al. 2020). ¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca de Educación Informada por Evidencia. Antes pensaba que nuestro rol como docentes era el trabajo en el aula. Ahora pienso que nuestro rol como profesores es ser docentes e investigadores (Churches et al., 2017). ¿Quieres saber más? Revisa la Mini-Biblioteca de Investigación Educativa y la Mini-Biblioteca de Educación Informada por Evidencia. © Borja, 2021 adaptado de Borja, en prensa EDUCACIÓN www.thelearningsciences.com