IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

26 millones de toneladas de ropa acaban en vertederos de China cada año, un flujo interminable de basura de 'moda rápida'

Solo el 12% de los desechos textiles se recicla en todo el mundo y solo el 1% se convierte en prendas nuevas, según organizaciones que promueven la moda sustentable.

Por Tian Macleod Ji —The Associated Press

En una fábrica de la provincia de Zhejiang, en la costa oriental de China, dos montones de ropa de algodón y ropa de cama desechados, separados en colores claros y oscuros, se amontonan en el suelo de una sala de trabajo. Mangas de chaqueta, cuellos y etiquetas de marcas sobresalen de las pilas mientras los trabajadores introducen las prendas en las máquinas trituradoras.

Es la primera etapa de una nueva vida para los textiles, parte de un esfuerzo de reciclaje en Wenzhou Tiancheng Textile Company, una de las plantas de reciclaje de algodón más grandes de China.

Los desechos textiles son un problema global urgente, ya que solo el 12% se recicla en todo el mundo, según la Fundación Ellen MacArthur, una organización sin fines de lucro de sustentabilidad de la moda. Y solo el 1% se convierte en prendas nuevas. La mayoría se utiliza para artículos de bajo valor como aislamiento o relleno de colchones.

En ningún lugar el problema es más apremiante que en China, el mayor productor y consumidor de textiles del mundo, donde cada año se tiran más de 26 millones de toneladas de ropa, según estadísticas gubernamentales. La mayor parte termina en vertederos.

[París 2024: los Olímpicos más sustentables de la historia]

Y fábricas como Tiancheng Textile apenas están haciendo mella en un país cuya industria textil está dominada por la “moda rápida”: ropa barata hecha de materiales sintéticos no reciclables. Producidos a partir de petroquímicos que contribuyen al cambio climático y la contaminación del aire y el agua, los sintéticos representan el 70% de las ventas nacionales de ropa en China.

La alcance de China en la moda rápida es evidente en el mundo: las gigantescas marcas del comercio electrónico Shein y Temu convierten al país en uno de los mayores productores de moda barata del planeta, con ventas en más de 150 países.

Una pila de textiles desechados espera ser alimentada a una máquina trituradora en Wenzhou Tiancheng Textile Company, una de las plantas de reciclaje de algodón más grandes de China.
Una pila de textiles desechados espera ser alimentada a una máquina trituradora en Wenzhou Tiancheng Textile Company, una de las plantas de reciclaje de algodón más grandes de China.Ng Han Guan / AP

El reto de la sostenibilidad circular

Para lograr un impacto revolucionario, se necesita lo que el experto en moda Shaway Yeh llama “sostenibilidad circular” entre las principales marcas de ropa chinas para evitar por completo el desperdicio.

"Hay que empezar con el uso de fibras reciclables y luego todos estos textiles de desecho se podrán volver a utilizar", dijo.

Pero ese es un objetivo difícil de alcanzar: solo alrededor del 20% de los textiles de China se reciclan, y casi todo es algodón, de acuerdo con datos del Gobierno.

Y el algodón chino no está exento de problemas, según Claudia Bennett, de la Fundación de Derechos Humanos, una organización sin fines de lucro. Gran parte proviene del trabajo frozado por parte de la minoría étnica uigur en la provincia de Xinjiang.

"Una de cada cinco prendas de algodón en todo el mundo está relacionada con el trabajo forzado de uigurs”, dijo Bennett.

En mayo, Estados Unidos bloqueó las importaciones de 26 comerciantes y almacenes de algodón chinos para evitar productos fabricados con trabajo frozado uigur. Pero debido a la poca transparencia en la cadena de suministro, el algodón uigur se utiliza en prendas producidas en otros países que no llevan la etiqueta “hecho en China”, detalló Bennett.

Un trabajador realiza trabajos de mantenimiento en una maquinaria en Wenzhou Tiancheng Textile Company.
Un trabajador realiza trabajos de mantenimiento en una maquinaria en Wenzhou Tiancheng Textile Company.Ng Han Guan / AP

"Muchas, muchas, muchas marcas de ropa están vinculadas al trabajo forzoso uigur a través del algodón", dijo. Se "escudan detrás de la falta de transparencia en la cadena de suministro".

Si bien China es líder mundial en la producción de automóviles eléctricos y transporte público eléctrico, y se ha fijado el objetivo de lograr la neutralidad de carbono para 2060, sus esfuerzos por promover la sostenibilidad de la moda y el reciclaje de textiles han pasado a un segundo plano.

Poca responsabilidad por parte de marcas mundiales

Según un informe de este año del organismo independiente de vigilancia de la moda Remake que evalúa a las principales empresas de ropa en función de sus prácticas ambientales, de derechos humanos y de equidad, hay poca responsabilidad entre las marcas más conocidas.

El grupo concedió a Shein una calificación de 6, de un total de 150 puntos. La marca incluye a un mercado en línea que agrupa a unas 6,000 fábricas de ropa.

También obtuvieron cero la marca estadounidense SKIMS, cofundada por Kim Kardashian, y la marca de bajo costo Fashion Nova. El minorista estadounidense Everlane obtuvo la puntuación más alta con 40 puntos, de los cuales sólo la mitad correspondió a prácticas de sostenibilidad.

El algodón envuelto en plástico destinado a los mercados extranjeros se carga para su transporte desde Wenzhou Tiancheng Textile Company.
El algodón envuelto en plástico destinado a los mercados extranjeros se carga para su transporte desde Wenzhou Tiancheng Textile Company.Ng Han Guan / AP

La política interna de China no ayuda

Está prohibido utilizar algodón reciclado de ropa usada para fabricar prendas nuevas dentro de China. Esta norma tenía como objetivo inicial acabar con las operaciones nocturnas chinas de reciclaje de material sucio o contaminado.

Pero ahora significa que los enormes carretes de hilo de algodón en la fábrica de Wenzhou Tiancheng, hechos a partir de ropa usada, sólo pueden venderse fuera del país, principalmente a Europa.

Para empeorar las cosas, muchos consumidores chinos no están dispuestos a comprar artículos reciclados, algo que el director de ventas de la fábrica de Wenzhou, Kowen Tang, atribuye al aumento de los ingresos de los hogares.

“Quieren comprar ropa nueva, cosas nuevas”, dijo sobre el estigma asociado con la compra de ropa usada.

[Era conocido como el ‘hombre-basura’ y ahora cumplirá un año sin pagar por su comida]

Aun así, entre los chinos más jóvenes, una creciente conciencia de la sostenibilidad ha contribuido al surgimiento de incipientes negocios de ropa “rehecha”.

El diseñador Da Bao, de treinta años, fundó Times Remake en 2019, una marca con sede en Shanghai que toma ropa de segunda mano y la transforma en prendas nuevas. En la sala de trabajo de la empresa en Shanghai, los sastres trabajan con vaqueros y sudaderas de segunda mano, cosiéndolos para crear prendas nuevas y originales.

La empresa, que comenzó cuando Da Bao y su suegro publicaron sus diseños únicos en línea, ahora tiene una tienda insignia en el moderno distrito Jing'an de Shanghai que vende sus prendas rehechas junto con artículos antiguos, como chaquetas Levi's y Carhartt.

Los diseños son “una combinación del estilos pasados y la estética de la moda actual para crear algo único”, dijo Bao.

Zhang Na tiene una marca de moda, Reclothing Bank, que vende ropa, bolsos y otros accesorios hechos de materiales como botellas de plástico, redes de pesca y sacos de harina.

Las etiquetas de los artículos tienen códigos QR que muestran su composición, cómo fueron elaborados y la procedencia de los materiales. Zhang se basa en métodos de producción bien establecidos, como las fibras textiles hechas de hojas de piña, una tradición centenaria originaria de Filipinas.

"Básicamente podemos desarrollar miles de nuevos tejidos y nuevos materiales", dijo.

Reclothing Bank comenzó en 2010 a dar “nueva vida a cosas viejas”, dijo Zhang sobre su tienda en un callejón histórico de Shanghai con una mezcla de arquitectura occidental y china. Una gran caja para guardar ropa usada se encontraba afuera de la entrada.

“Los objetos antiguos en realidad transmiten muchos recuerdos y emociones de las personas”, señaló.

Zhang dijo que ha visto crecer la conciencia sobre la sostenibilidad desde que abrió su tienda, con clientes principales de entre 20 y 30 años.

Bao Yang, una estudiante universitaria que pasó por la tienda durante una visita a Shanghai, dijo que estaba sorprendida por el tacto de la ropa.

"Creo que es sorprendente, porque cuando entré por la puerta por primera vez, escuché que muchas de las prendas en realidad estaban hechas de conchas o maíz (cáscaras), pero cuando toqué la ropa, no tenía la menor idea de que tendrían esta sensación tan cómoda", dijo.

Aún así, admitió que comprar no siempre es atractivo. "La gente de mi edad es más adicta a la moda rápida o no piensa en la sostenibilidad de la ropa", dijo.

Las prendas recicladas que se venden en tiendas como Reclothing Bank tienen un precio mucho más alto que las marcas de moda rápida debido a sus costosos métodos de producción.

Y ahí radica el verdadero problema, afirmó Sheng Lu, profesor de estudios de moda y prendas en la Universidad de Delaware.

"Los estudios muestran repetidamente que los consumidores no están dispuestos a pagar más por ropa hecha de materiales reciclados y, en cambio, esperan un precio más bajo porque consideran que esa ropa está hecha de material de segunda mano", dijo.

Con costos más altos en la adquisición, clasificación y procesamiento de prendas usadas, no cree que la moda sustentable tenga éxito a gran escala en China, donde la producción de ropa es tan barata.

"Las empresas no tienen incentivos financieros", agregó.

Un trabajador introduce textiles desechados en una máquina trituradora en Wenzhou Tiancheng Textile Company.
Un trabajador introduce textiles desechados en una máquina trituradora en Wenzhou Tiancheng Textile Company.Ng Han Guan / AP

Para que se produzca un cambio real es necesario que haya "señales más claras desde lo más alto", añadió, refiriéndose a objetivos gubernamentales como los que impulsaron la industria de vehículos eléctricos de China.

Aún así, en China "el Gobierno puede ser amigo de cualquier sector", dijo Lu, por lo que si los líderes comunistas de China ven potencial económico, podría desencadenar un cambio de política que impulse nuevas inversiones de manera sostenible.

Pero por ahora, los rollos de algodón envueltos en plástico que se cargaban en camiones fuera de la fábrica de Wenzhou Tiancheng se dirigían todos a mercados extranjeros, lejos de donde comenzó su viaje de reciclaje.

"La moda rápida definitivamente no está pasada de moda" en China, afirmó Lu.