Thiago Alcántara ha decidido ponerle fin a su carrera como futbolista profesional a sus 33 años. No es la edad ideal, en un fútbol donde los jugadores suelen alargar cada vez más su actividad, pero es el tiempo que su cuerpo le pidió después de más de ocho años de sufrir con la cadera, las rodillas y los gemelos.
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Thiago, hijo del futbolista brasileño Mazinho y hermano de Rafinha, inició su carrera como un prospecto del Barcelona, donde consiguió 10 trofeos, incluidas las ligas de 2010-11 y 2012-13, además de la Champions League de 2011, al lado de Neymar, Lionel Messi, Luis Suárez y esa espectacular generación dirigida por Pep Guardiola.
De hecho fue el propio Pep quien lo convenció de partir con él al Bayern Munich en 2013, donde pasó siete años de su vida como pilar de ese equipo que fue campeón los siete torneos consecutivos. Volvió a levantar la Champions en 2020 como bávaro, aunque fue en la etapa con los germanos que comenzaron los problemas.
El español no jugó una sola temporada 100% sano. En siete años como jugador del Bayern, no pudo disputar 163 partidos. Dos veces por romperse los ligamentos de la rodilla, tuvo que operarse la ingle por una lesión y se desgarró el muslo derecho.
Después, en Liverpool, el daño fue irreversible. Se lesionó en 130 partidos en tres años, entre recaídas por sus lesiones de rodilla, una operación por lesión de cadera que fue su mayor problema, daño en gemelos y muslos. El último año, solo jugó cinco minutos de cambio en el encuentro ante Arsenal.
Aún con todo y ello, Thiago será recordado como un jugador brillante de su generación. Mundialista con España en 2014 y 2018, bicampeón del Mundial de clubes y de la Supercopa de Europa. Hoy se cierra el relato de un crack que brilló a pesar de un cuerpo roto.
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