Grado cero en el periodismo

Sobre Vicky y Hassan: periodista come periodista

Compartir:

Omar RinconEste escándalo deja muy mal parado al periodismo colombiano y revela unas cuantas verdades que han pasado desapercibidas hasta ahora.

Omar Rincón*

La pelea del año

Lucas Ospina tuitió: “noticia era cuando un amo mordía a su perro, hoy la noticia es periodista muerde a periodista”.

El artista tiene toda la razón: actualmente, no necesitamos perros ni realidades porque los periodistas somos la noticia. Esto quedó claro con la pelea que protagonizaron Vicky Dávila y Hassan Nassar, una de las escenas más lamentables de la tragicomedia a la que denominamos periodismo colombiano.

En el bochornoso espectáculo, el jefe de Comunicaciones de Iván Duque tildó a la periodista de Semana de “hipócrita y doble moral” y ella, ni corta ni perezosa, le contestó con un sinnúmero de insultos dentro de los que se destacan “lambericas, inepto, patán, lagarto, fracasado, trepador, cobarde tipejo, peludo, tarzán, bárbaro, incapaz, badulaque, payaso y poco hombre”.

Siete verdades que nadie quiere oír

Aunque el episodio que protagonizaron fue vergonzoso, nos invita a repensar el oficio periodístico y a entender (por fin) por qué nos critican tanto, por qué somos objeto de protesta social y por qué llegamos a la época del ‘periodista come periodista’. A continuación, expongo siete puntos que debemos tener en cuenta para abordar estas cuestiones:

Posesion Hassan
Foto: Presidencia de la República
La cercanía de los medios y periodistas con el poder muestra que no pueden exigir que cambien las cosas que ellos mismos hacen.
Semana dejó de informar a los que toman decisiones para convertirse en populismo digital
  1. Como bien lo expuso Juanita León, la cercanía de los periodistas y medios con el poder demuestra que los periodistas le exigimos cosas a los demás que nosotros no cumplimos. La pelea en cuestión presenta un ejemplo claro: si un periodista viaja con el presidente o por cuenta del gobierno es normal, pero si lo hace un contratista, es corrupción.
  2. Vicky y Hassan son protagonistas del periodismo de tráfico digital en el que reinan los clics, los likes y los trending topics. En este universo, el tráfico justifica los medios: lo viral es celebrado y lo demás es enterrado. En ese sentido, esta pelea fue un éxito, pues se volvió tendencia en minutos y dio pie a un sinnúmero de memes y stickers. Seguramente, los dueños de los títeres quedaron felices: El grupo Gilinski busca clics para monetizar Semana y Duque para distraer la atención y no decir ni muuu sobre el desbarajuste de país que ha creado.
  3. Semana dejó de informar a los que toman decisiones para convertirse en populismo digital. Vicky y Salud Hernández, sus nuevas líderes, buscan incendiar la realidad con gasolinas fáciles de derecha. Su habitual tono y mesura ha sido reemplazado por un periodismo de guerra que omite la complejidad y los matices.
  4. Hassan es un ejemplo de que el periodismo puede ser una forma de ascender políticamente. En Colombia, parece que esto es normal, pues la lista de ejemplos es larguísima. Álvaro García, se ha movido entre estas esferas durante años: ha pasado por Noticias RCN, la Embajada argentina, Red+ Noticias, Univisión, Señal Colombia y el gobierno de Duque. También están Pachito, Vargas, Galán y un largo etcétera. Evidentemente, en Colombia el riesgo de que pierdas la ética y te dé lo mismo ser periodista que político es bastante alto.
  5. El gremio del periodismo está roto: los periodistas son capaces de morder a sus colegas con tal de convertirse en noticia. En otras palabras, perrodista come perrodista para poder ser el macho alfa ganador. Esta práctica es sumamente peligrosa porque hace que aumenten los niveles de bullying entre colegas y que bajen los estándares de calidad.
  6. La censura es la estrategia de comunicación favorita del gobierno de Duque. Su modus operandi consiste en agredir y perseguir en vez de contestar o explicar. La persecución que emprendió Bieri contra Santiago Rivas, la ocasión en la que Duque le dijo ‘¿De qué me hablas, viejo?’ a un periodista de El Heraldo y el escándalo de la “Bodeguita Uribista” confirman que el actual gobierno está dispuesto a atacar y perseguir a todo lo que se mueva fuera del foco uribista.
  7. El gobierno ha asumido una actitud que recuerda a Uribe, pues en lugar de argumentar y debatir, se dedica a acusar y a agredir. Lo más grave es que Duque no dice nada. Definitivamente, además de ser su frase más celebre, ‘¿De qué me hablas, viejo?’ debería convertirse en su eslogan de gobierno.
Pelea entre Vicky y Nassar
Foto: Collage elaboración propia
La pelean entre Nassar y Dávila fue el reflejo de la tragicomedia que vive el periodismo en el país.

Puede leer: Cuando el periodismo es un campo en disputa

Una relación incestuosa

Vicky y Hassam entrarán a engrosar la lista de las peores escenas de la telenovela colombiana. El soundtrack podría ser la versión salsa de Hansel y Raúl: “Son ellos dos personajes. Él siempre viste de traje y ella se viste de hilo (…) Tienen dinero a montón, tienen chofer y criadas, viven en una mansión, como en un cuento de hadas… (…) Será la boda del año, de eso no hay discusión, hay mucha paz y armonía (…) y le dijo en baja voz la boda esta cancelada, y es por el bien de los dos: ese hombre al que tu amas, ese es tu hermano mayor. No se lo digas a tu madre, para no causarle dolor”.

Como los personajes de la canción, Vicky y Hassan viven en un “cuento de hadas”: Vicky en Semana y Hassan en el gobierno (al cual llegó a punta de tuits más que de periodismo).

Ambos son “la boda del año” porque serán recordados como la pareja más memorable del periodismo colombiano. Y a Vicky podríamos decirle que el hombre al que ama es su hermano mayor, pues tanto ella como Hassan son hijos de la misma madre (RCN TV) y del mismo padre (Uribe y Duque). En el fondo, Vicky y Hassan revelan que el periodismo colombiano mantiene una relación incestuosa con el poder (con los dueños del país) desde hace muchos años.

La censura es la estrategia de comunicación favorita del gobierno de Duque. Su modus operandi consiste en agredir y perseguir en vez de contestar o explicar.

Su pelea simplemente demuestra que hemos llegado al grado cero del periodismo en el que periodista come periodista para hacer noticia. Los dueños de los títeres están felices: Duque no dice nada (ergo está de acuerdo con él) y Semana tampoco (ergo está feliz con los clics que Vicky ha atraído).

Le recomendamos: El periodismo en la era de las redes sociales

Ojalá esta telenovela se convierta en una invitación para hacer otro tipo de periodismo. Uno que deje de lambonearle al poder, de viajar en el avión presidencial y, sobre todo, que eleve la conversación pública. Uno en el que el periodista vuelva a ser un perro bravo que defiende la democracia y muerde todas las formas del poder.

*Director de la Maestría en Periodismo de la Universidad de los Andes; orincon@uniandes.edu.co @OmarRinconTV

 

1 comentarios

Omar Rincón

Escrito por:

Omar Rincón

*Profesor del Centro de Estudios en Periodismo (CEPER), Universidad de los Andes.

Deja una respuesta

Artículos relacionados

Economía y Sociedad

La “Cuenta de Borda” y la “Regla de Cromwell” en el juego Democrático

Economía y Sociedad

El escándalo Odebrecht: ¿la posibilidad de un cambio?

Economía y Sociedad

¿Cómo recuperar el empleo después de la crisis?

Economía y Sociedad

Brasil 2014 suena a América Latina

ISSN 2145-0439

Razonpublica.com se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. Basada en una obra en razonpublica.com.