Foto: Gobernación del Quindío

Compartir:

El Tesoro Quimbaya, la espada de Bolívar, el galeón San José, el hospital San Juan de Dios, las corridas de toros, los restos del general Melo, el museo de lo Negro, la Universidad Nacional… porqué el gobierno Petro ha hecho de la cultura un gran frente de batalla.

Ricardo Arcos Palma*

La cultura es lo primero

Las batallas más significativas que se dan en la arena política son las culturales. Ahí está en juego la resignificación de los símbolos, de los hechos históricos, de los personajes y eventos que han dado paso a nuestra nación. El actual gobierno de Gustavo Petro parece tener claro este asunto.

Este artículo propone una lectura de una serie de reivindicaciones, de orden cultural, que dejarían sentadas las bases para una discusión que debe darse, teniendo en cuenta la premisa de que la cultura no es algo rígido, sino, por el contrario, algo que se está moviendo y reacomodando constantemente en lo que yo he denominado tensiones y contradicciones culturales. 

Y de eso sí que Colombia,  desde hace más de dos siglos de fundación, está llena de ejemplos. De manera que abordaremos algunos de estos para dilucidar la batalla cultural que el gobierno del cambio se ha propuesto desde que asumió el poder.

La espada de Bolívar

Desde el acto de posesión del gobierno de Petro, la espada de El Libertador fue uno de los símbolos más significativos de esta batalla cultural.

 El gobierno saliente de Duque no había autorizado que la espada se mostrara en el acto de posesión. Pero una vez posesionado ante el pueblo, el nuevo presidente ordenó a la Guardia Presidencial traer la espada.

La espada del Libertador es un símbolo cultural indiscutible de las luchas de independencia, y esto no pasa desapercibido para el resto de la sociedad.

Desde esta acción casi performática, donde todos vimos cómo la espada en su urna era transportada por la Guardia Presidencial justo al lado del presidente Petro, se desató la batalla cultural como centro de la discusión política.

Ya no en el terreno de la guerra, sino en consonancia con la búsqueda de la paz.    Una espada tan importante para Petro y el M-19, la guerrilla de la cual él había hecho parte, y cuya desmovilización le permitió tener una bancada importante en la Constituyente de 1991. Por este motivo la Espada de Bolívar se convertiría en pocos minutos en el símbolo de esta nueva batalla cultural.

La espada del Libertador es un símbolo cultural indiscutible de las luchas de independencia, y esto no pasa desapercibido para el resto de la sociedad.

El galeón San José

Otro símbolo que han generado polémica es el tesoro del galeón español San José. 

Esta embarcación de la época colonial, que fue hundida cerca de las costas de Colombia por piratas enemigos de la Corona Española, es otro símbolo cultural muy relevante para este gobierno. Retomando algo que venía desde del gobierno Santos, decide tomar cartas en el asunto y reclamar lo que considera patrimonio nacional.

España alega que el galeón y su contenido son de su propiedad. El gobierno colombiano afirma lo contrario y decide emprender un reconocimiento de lo que existe en lo más profundo del océano. ¿Pero qué ha pasado? Al parecer, la Armada Nacional no ha encontrado lo que se esperaba y se rumora que el galeón fue saqueado por los piratas contemporáneos vinculados con los dos gobiernos anteriores.

Lo que sí es cierto es que el tesoro del galeón español, según los reclamos del gobierno, debe estar en manos de la Nación. Se hará, según se ha planteado, todo lo posible para recuperarlo de las aguas donde reposa desde hace siglos. No se ha vuelto a hablar de este importante tesoro que, por lo que se sabe, tiene o tenía grandes cantidades de lingotes de oro, entre otras riquezas.

 Esperar que lo que se encuentre después de todo esto no sean unas cuantas vasijas de metal oxidado que nada tienen que ver con lo que realmente contenía el galeón. Si lo del saqueo es real, esto sería un duro golpe y una batalla perdida en esta gesta cultural.

El hospital San Juan de Dios

El complejo arquitectónico, pilar de la salud pública, sería el gran ejemplo de  la reforma de la salud que el gobierno se ha propuesto. Una reforma deseable y controversial por el modelo de la Ley 100, que privatizó la salud.

La actual discusión sobre las EPS da cuenta de esta tensión que está lejos de solucionarse. El hospital y su recuperación arquitectónica no solo se quedan en el edificio, sino en el debate que merece la sociedad sobre uno de los sectores más importantes y olvidados de la nación: la salud. El San Juan de Dios es uno de los principales retos planteados en materia de patrimonio por el gobierno del Cambio.

De concretarse la reforma de la salud, cosa muy difícil hasta ahora, sería uno de los logros más significativos de esta pugna cultural. El hospital se convertiría en un monumento histórico viviente, con mucha trascendencia y utilidad pública.

Las corridas de toros

Desde que se planteó el proyecto de la Bogotá Humana, las corridas de toros fueron otro escenario para la batalla cultural que se prolonga hasta hoy. 

La prohibición de dichas corridas es una apuesta para hacer frente a una práctica cultural que se considera barbárica, ya además enfrenta al gobierno con uno de los sectores económicos más fuertes del país: los ganaderos. 

Los ganaderos, sobre todo hacia el norte del país, tuvieron mucho que ver con el conflicto armado. En respuesta al boleteo de las guerrillas, estos organizaron los grupos paramilitares con la consecuencia para la población civil: desplazamiento forzado y apropiación ilegal de tierras. En el fondo de este asunto no ésta solo la defensa del pobre toro de lidia, que, entre otras cosas, es criado para las corridas de toros, sino hacer visible ese conflicto social, lo cual se hace necesario dentro del proyecto de la paz total.

No es una coincidencia que uno de los representantes de Fedegan se haya sentado a la mesa de negociaciones con el ELN, invitado por el Gobierno Nacional. El asunto de compras de tierras para la restitución también tiene que ver con esto. La prohibición de las corridas de toros, aunque se vuelvan a instaurar como sucedió tras la Bogotá Humana, quedará en la historia como una huella imborrable de esta batalla cultural.

Los restos del general Melo

Otro reto que este gobierno se ha planteado es la repatriación de los restos de José María Melo, que reposan en México. ¿Por qué es una prioridad para el presidente?

El prócer, que luchó al lado de Bolívar, fue uno de los que acogió las tesis del liberalismo socialista y luchó por varios ideales, que iban desde la liberación de los esclavos hasta las reivindicaciones de los artesanos. Melo encabezó un golpe de Estado en 1854, con apoyo de los artesanos y sus Milicias Democráticas, e instaló uno de los primeros gobiernos liberales.

Melo fue derrocado por los esclavistas de la República de la Nueva Granada, particularmente de la provincia del Cauca, donde el cultivo de caña y algodón dependía de esclavos. Melo ya estaba impregnado de las corrientes socialistas que reivindicaban el trabajo y el desarrollo industrial, y por lo tanto debía ratificar lo que Bolívar había planteado con la abolición de la esclavitud. Su apoyo a la presidencia de José Hilario López fue muy importante. Tras la caída de su gobierno, tiene que exiliarse al caer Bogotá de nuevo en las manos de los esclavistas y hacendados del altiplano. De allí surgiría en su momento la hegemonía conservadora que impone la Constitución de 1886 de la mano de Rafel Núñez y su ideólogo Miguel Antonio Caro. 

Las luchas libertarias de Melo terminan desde el exilio en otros horizontes, como cuando luchó al lado de Benito Juárez en México. Finalmente, es fusilado y honrado con honores por el país centroamericano. 

Foto: Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte - El complejo arquitectónico, pilar de la salud pública, materializaría la reforma de la salud que el gobierno ha propuesto.

La idea es asignarle un lugar a estas luchas en nuestra nación, donde Melo es un perfecto desconocido para la ciudadanía. Pues la historia, generalmente hecha por los vencedores, está aún por escribirse.

El hecho de que el presidente esté decidido a repatriar los restos, con el beneplácito del presidente López Obrador, es muestra decisiva del sentido del giro cultural que pretende logar Petro.  La idea es asignarle un lugar a estas luchas en nuestra nación, donde Melo es un perfecto desconocido para la ciudadanía. Pues la historia, generalmente hecha por los vencedores, está aún por escribirse.

El Tesoro Quimbaya

La recuperación del tesoro Quimbaya va en la misma línea de los anteriores y muy conectado con Melo. 

Quién con apoyo de los esclavistas de la provincia del Cauca y de los hacendados del altiplano cundiboyacense derroca al general Melo y lo obliga al exilio fue Carlos Holguín Mallarino,  un influyente intelectual y político que dirige varios periódicos como el Filotémico que reunía a los jóvenes intelectuales conservadores que no dudaron en atacar al socialismo y al comunismo como un cáncer que atenta contra los valores de la nación: Dios, familia y propiedad. Holguín Mallarino fue quien ofreciera en regalo el tesoro Quimbaya a la Reina de España María Cristina de Habsburgo-Lorena. 

Otros escenarios 

A estos ejemplos de la batalla cultural se suma la creación del Museo de lo Negro, donde la vicepresidenta Francia Márquez tiene mucho que ver. 

La pugna por la Universidad Nacional de Colombia también está en esta encrucijada. 

En suma, la batalla cultural revela las tensiones y contradicciones sociopolíticas de nuestra nación.

3 comentarios

Ricardo Arcos-Palma

Escrito por:

Ricardo Arcos-Palma

*Doctor en Artes y Ciencias del Arte de la Universidad de Paris 1, docente investigador de la Escuela de Artes Plásticas, Facultad de Artes de la Universidad Nacional, miembro de AICA internacional.

Foto: Facebook: Ministerio de Cultura

Compartir:

El sector cultural fue una bandera de gran importancia en la campaña de Gustavo Petro y Francia Márquez. Estos son algunos de los avances, retos y perspectivas para la cultura en el 2024 en Colombia.

Ricardo Arcos Palma*

Los planes en materia cultural

En una entrevista que concedió recientemente el ministro de cultura, Juan David Correa, para el programa Entre-Vistas hace alusión al título de su novela Casi nunca es tarde para hablar de los retos y perspectivas de su cartera para este año y los otros por venir del gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez. 

Su visión cultural es acertada y coherente con los objetivos trazados por el presidente y también es realista. Sobre esto último queda claro que es imposible hacer cambios trascendentes a corto y mediano plazo y que cuatro años de gobierno no cambian sustancialmente un país y menos en materia cultural. 

Aun así, la gran inversión que ha hecho este gobierno para el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, es significativa y se orientará en políticas culturales que pretenden integrar e incluir en el gran relato cultural nacional a los grandes excluidos de siempre, según el ministro. 

Por ejemplo, se acentuará un foco cultural sobre el Pacífico Colombiano que incentivará la riqueza existente en esta región conflictiva socialmente. Se llvarna a cabo algunos pactos culturales que fortalecerán procesos culturales y sociales existentes y liderados por agentes de la región. 

Pero como los mecenazgos son cosas tan escasas en nuestro país, el artista y trabajador de la cultura debe vivir de algo y para ello su labor debe ser reconocida como una actividad que debe ser remunerada, obviamente en otro registro diferente a una labor salarial.

Un caso específico es el de Tumaco, donde se invertirán 17 mil millones de pesos. Esto implica otras formas de llegar al territorio no propiamente con eventos, que es lo que generalmente se hace. Fortalecer acciones y comprometer recursos con los agentes culturales de la comunidad será la prioridad según el ministerio. 

Las comunidades de la Amazonía, Guajira entre otras regiones serán reconocidas con la puesta en marcha de cinco Regionales de Cultura. Estos satélites de la cultura aseguran la descentralización que tanto se ha criticado en otras administraciones. La ley general de cultura afianzará esta estrategia. 

Lea en Razón Pública: En qué va al Ministerio de Cultura

Trabajadores de la cultura

Si bien la ley del artista aún no está en el radar de este Ministerio y sigue siendo una prioridad para el sector social más precarizado en Colombia, la nueva Tarjeta afinidad soy cultura es un incentivo fundamental para asegurar un bienestar social y económico de los trabajadores de la cultura. 

Los trabajadores de la cultura deben inscribirse en el Registro Nacional de Agentes del Ministerio de cultura y podrán acceder a ciertos beneficios de salud y bienestar social, formación y educación, inclusión económica, entre otros. 

Sin duda, esto es un gran reconocimiento de un sector informal que ha padecido un olvido inaceptable, pues aún se considera la labor artística como algo cortesano. Pero como los mecenazgos son cosas tan escasas en nuestro país, el artista y trabajador de la cultura debe vivir de algo y para ello su labor debe ser reconocida como una actividad que debe ser remunerada, obviamente en otro registro diferente a una labor salarial. 

Además, el ministerio va a incentivar a los creadores regionales que pueden vivir de su saber hacer. Los músicos y fabricantes de marimba en el Pacífico, por ejemplo, tiene un saber hacer que vale la pena estimular para prolongar algo realmente contundente. 

Aquí, la tan sonada democratización de la cultura sería al fin una realidad. Esta tarjeta cuenta con un exitoso apoyo del sector privado que ha entendido que puede obtener beneficios tributarios apoyando la cultura. 

Esto reforzará una economía solidaria y popular que ha logrado mantener un sector cultural rico simbólicamente, pero pobre en su estructura social. Un ejemplo que nos da el ministro es el de los grandes eventos regionales, como el Carnaval de Barranquilla, que se deben abrir a los sectores populares que deben beneficiarse de las bondades de la industria cultural y turística. 

En este sentido es importante la redistribución de lo sensible que hemos insistido desde hace un buen tiempo en honor a Jacques Rancière que visitó el proyecto de la Bogotá Humana y ha apoyado las apuestas de la Colombia Humana.

Lo anterior garantiza la redistribución de la riqueza concentrada en una industria hotelera que excluye otras poblaciones que pueden disfrutar de los carnavales en zonas populares. Esto se puede aplicar a otros grandes eventos culturales regionales como el Carnaval de Blancos y Negros en Pasto el Festival Petronio Álvarez en Cali entre otros. 

Cultura de paz

Comparto la idea del filósofo Guadarrama que sugiere que es un pleonasmo enunciar que hay una cultura de paz, así como es incorrecto afirmar que hay una cultura de la violencia. La paz es inherente a la cultura, punto final. 

Aun así, el gobierno se ha propuesto desplegar una serie de acciones que tienden a consolidar esta cultura de paz. Un país que pena por dejar atrás estos años de violencia fratricida debe seguir insistiendo en esa construcción de paz. 

Para ello, se implementará el fortalecimiento del Plan de formación artística que debe enseñarse en la primaria y secundaria, como el programa Sonidos para la construcción de paz para todos los colegios de Colombia. Una persona que puede acceder a la cultura será, sin lugar a dudas, un mejor ciudadano. 

Tumaco, una región muy conflictiva con presencia asediada aún de reductos paramilitares y guerrilleros, es uno de esos lugares que pondrá en ruta un Pacto Cultural que pretende canalizar los recursos dispuestos para estas tareas contando con los agentes culturales regionales quienes conocen y saben las necesidades de la región. 

Algo similar se pondrá en marcha en Palenque. En efecto, la cultura es un elemento fundamental para fortalecer la convivencia, desarrollar la sensibilidad y crear lazos comunitarios sólidos. Las luchas sociales han sido fortalecidas por esta fuerza cultural.

Patrimonio y memoria cultural

Muchas veces hemos insistido en que nuestro país tiende a borrar sin vergüenza su pasado. Sin embargo, hay memorias que no deben desaparecer. El Hospital San Juan de Dios, con la recuperación de ocho de sus edificios, restablecerá esa alianza entre el Estado y la ciudadanía donde la salud pública era uno de los pilares de la República y que fue golpeada por la ley 100. 

La recuperación de este hospital es una de las grandes prioridades de este gobierno que sigue adelante con su Reforma a la Salud. Nada más coherente que esto. La Universidad Nacional de Colombia lidera este proyecto y volverá a hacer de estas instalaciones un hospital universitario destinado al servicio de la comunidad. 

El Ministerio tiene muy claro este objetivo y no ha ahorrado recursos para sacarlo adelante pues, como dice el ministro, esto es un punto de honor con gran valor simbólico.

Foto: Edumas El ministro Juan David Correa ha afirmado que los grandes eventos, como el Carnaval de Barranquilla, deben abrirse a los sectores culturales para que puedan beneficiarse de la industria cultural y turística.

El pilar de una nación moderna es el artesanado tan menospreciado a veces en nuestro contexto. El ministro es consciente de que esta industria cultural se enriquece con ese saber hacer que recupere saberes ancestrales que aún se enseñan, pero no de manera contundente.

El galeón San José, como lo hemos dicho, también es otra prioridad cultural de este gobierno. Solamente una alianza público-privada puede evitar que este bien patrimonial sea presa de los cazadores de tesoros estilo Indiana Jones. El galeón servirá para desplegar una serie de discursos decoloniales respecto a la historia. 

La Armada Nacional vela por su salvaguarda y se espera que este tesoro arqueológico, que es más que un tesoro de riqueza real, pueda exhibirse en el Museo Nacional y en el Museo del Oro como parte de esa memoria incómoda que saca a flote el pillaje de las colonias por parte de la metrópoli y la riqueza de nuestro pueblo que ha sido la riqueza de buena parte de Europa. 

El patrimonio cultural se reforzará con la construcción y mejoramiento de ciertas infraestructuras, como el Museo para la vida en Armero. Esta zona del país merece ese museo para recordar esa terrible tragedia natural que pudo haberse evitado en su resultado trágico, si se hubiesen aplicado las políticas de prevención de manera eficaz. El turismo cultural debe fortalecerse más allá de los grandes monopolios de la industria hotelera.  

Artes y Oficios para el país

El ministro Correa visitó recientemente Francia que tiene un sistema educativo y formativo hacia las artes y oficios. El pilar de una nación moderna es el artesanado tan menospreciado a veces en nuestro contexto. El ministro es consciente de que esta industria cultural se enriquece con ese saber hacer que recupere saberes ancestrales que aún se enseñan, pero no de manera contundente. 

Así, se prevé un fortalecimiento de las escuelas de artes y oficios en el país a través de alianzas con Francia, con el consecuente enriquecimiento industrias como la editorial. La Ley del libro va a tono con este proyecto que se ha visto apoyada por dos cámaras del libro. 

Esto fortalecerá a las pequeñas e independientes editoriales, muchas a punto de desaparecer por falta de apoyos y estímulos por parte del ministerio. Sin duda, uno de los mayores eventos que será importante este año es el homenaje a los 100 años de La Vorágine, novela magistral que esperamos el Ministerio ponga en el lugar que le corresponde.

Falta ver cómo el Ministerio recuperará esa diáspora cultural, ese otro país que ha inmigrado a otros países, por falta de apoyos claros a la cultura y que se han convertido en verdaderos embajadores de la riqueza cultural del país. 

La labor que desempeñan los agregados culturales de embajadas, eso lo sabemos quiénes hemos vivido en el extranjero, generalmente es pobre y se queda corta en eventos suntuosos que no dan cuenta del gran potencial de sus creadores. 

Esperamos que la diáspora que jugó un papel fundamental en el cambio de gobierno sea tenida en cuenta de una vez por todas en estos años restantes del gobierno, pues el Ministerio aún mira más hacia adentro. 

Le recomendamos: Cultura en Colombia: un año de avances históricos y preguntas sin respuestas

0 comentarios

Ricardo Arcos-Palma

Escrito por:

Ricardo Arcos-Palma

*Doctor en Artes y Ciencias del Arte de la Universidad de Paris 1, docente investigador de la Escuela de Artes Plásticas, Facultad de Artes de la Universidad Nacional, miembro de AICA internacional.

Foto: Facebook: Ministerio de Cultura

Compartir:

La elección de Juan David Correa como ministro de cultura y el aumento en el presupuesto renueva la esperanza en un sector que se ha vuelto cada vez más precario. ¿Por qué?

Ricardo Arcos-Palma*

Una esperanza para el sector

El Ministerio de las Culturas y los Saberes al fin tiene un capitán a bordo para llevar a buen puerto esta nave que parecía naufragar en un océano de economía naranja.

El sector cultural respira y se siente honrado con el nombramiento de Juan David Correa, el ministro desde hace poco más de dos meses. Colombia es la potencia mundial de la vida, reza el lema del gobierno Petro, y la cultura juega un papel fundamental en él. Pero eso no se hace solo, afirmó el ministro Correa en entrevista con los medios.

Se trata de ser incluyente y de invitar a aquellos que no han hecho parte del gran relato cultural de la nación. Esto ya suena muy bien. El sector cultural, sobre todo las bases culturales que exigían ser incluidas, están a la expectativa de saber el cómo se hará eso. Sin lugar a dudas, con mayor inversión. Y esto implica mayor presupuesto.

Puede leer: La Ley platanera y las políticas culturales: ¿tienen algún efecto real?

Aumento del presupuesto

El Congreso autorizó 1,47 billones de pesos para el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes para 2024. Esta suma destinada a funcionamiento e inversión de la entidad es un récord histórico.

Pero hace falta algo que nos hemos cansado de exigir desde hace tiempo y que es el móvil del estallido social y cultural del 21: la Ley del artista, que existe desde el gobierno de Belisario Betancourt pero que no se aplica.

Foto: Facebook: Ministerio de Cultura - El ministro Juan David Correa ha afirmado que una de las prioridades en materia de cultura es el apoyo a los festivales populares de las regiones y la formación artística.
No se puede adelantar una transformación cultural sin inversión; eso lo sabe este gobierno que desea dar un giro a esa idea de que el sector cultural nunca fue prioridad gubernamental.

Tenemos entendido que los recursos irán primero que todo a la formación artística y apoyo a festivales populares de regiones. Según palabras del ministro, “Creo que la apuesta por intentar transformar los territorios desde la cultura y con la cultura, de fortalecer las organizaciones sociales, populares y culturales” será el motor para la transformación y cambio social que propone este país.

Esto resulta coherente para quienes hemos insistido que Colombia atraviesa un malestar cultural de vieja data, que se traduce en ese conflicto social que se debe superar.

Con el aumento presupuestal se espera que el programa de estímulos realmente mejore, así como los apoyos concertados a gestores culturales que vienen desarrollando una destacable labor desde las regiones. El principal reto que tiene hoy el Ministerio es dejar sentadas las bases para que la cultura no quede desprotegida, incluso con un cambio de gobierno. Es frecuente en nuestro medio no contar con lo que funciona en otras administraciones.

El reclamo del sector cultural durante el estallido social de 2021 fue claro al respecto: no puede realizarse ninguna transformación social sin un cambio cultural y eso solamente es posible con la puesta en marcha de políticas culturales sólidas y acordes a la realidad social del país.

En ese sentido, este gobierno ha planteado el mejoramiento de los trabajadores de la cultura en esas zonas olvidadas por un excesivo centralismo que no rinde honor a la verdadera riqueza cultural del país. Con esto, uno de los mayores retos está justamente orientado al patrimonio.

Patrimonio cultural, riqueza nacional

En el medio se sabía que una de las prioridades que estaban sobre la mesa para la agenda ministerial era dos metas claves del patrimonio de la nación: el Hospital San Juan de Dios y el Galeón San José.

El hospital se debe rescatar a como dé lugar, dejando de lado el sueño del lobby inmobiliario que pretendió convertirlo en un centro comercial y hotel desde que Andrés Pastrana en 1998 decidió cerrarlo dejando a una buena parte de la población popular sin servicio de salud y a un buen número de trabajadores de la salud sin trabajo, muy en coherencia con la política de privatización de la salud que impuso la Ley 100.

Este hospital debe ser restaurado y puesto a funcionar pues es un valuarte de la nación, como recordó recientemente en la localidad de Engativá el presidente Gustavo Petro: “este no es el gobierno del cambio sino se abre el Hospital San Juan de Dios” Esto lo sabe perfectamente el nuevo ministro. Para ello, debe ser declarado Patrimonio de la Nación y sólo así se puede proteger este importante lugar que se remonta a la historia de nuestra Independencia.

Por otra parte, el galeón San José es otra de las metas y retos que tiene este Ministerio. Se especula que el viaje que hizo el presidente a España y luego a Estados Unidos tenían entre otros aspectos tratar este polémico asunto. ¿A quién pertenece las riquezas que transportaba el galeón español? España reclama el tesoro, Colombia obviamente reclama el tesoro además por encontrarse en nuestras aguas.

Por su parte, Estados Unidos posee la tecnología para sacar el galeón. Poco o nada se sabe de lo negociado en esos viajes, pero de lo que sí estamos seguros es que el nombramiento de Correa como ministro de Cultura le ha dado al presidente la confianza para poner en su figura a alguien que sin duda irá en la dirección que se espera: la defensa del Patrimonio de la Nación. La disputa por la riqueza del galeón no es un elemento menor y otro presidente ya hubiese “feriado” como se dice coloquialmente este baluarte por beneficio propio.

De manera que el galeón y el hospital se convierten en los principales retos que tiene el ministro dentro de las ambiciones del gobierno, que antes de nombrar a Correa insistía en que prácticamente no se había hecho nada al respecto después de un año de gobierno.

Esto nos da pistas sobre las posibles razones de la precipitada salida de la anterior ministra, Patricia Ariza. En el asunto del hospital, ya hay un equipo desde hace varios meses trabajando sobre su valor histórico y arquitectónico para así poder declararlo Patrimonio Histórico de la Nación. Sobre el galeón se conoce poco debido a los intereses externos, pues los piratas contemporáneos se frotan las manos esperando sacar provecho del botín como en épocas antiguas.

Lo que falta por hacer

Antes del nombramiento de Correa como ministro de Cultura, desde el sector cultural hicimos una carta que hicimos llegar al presidente, soportada por más de 600 firmas. En una reunión del sector, el artista Maquiamelo le hizo llegar al presidente un sobre vacío con la estampilla de El Libertador.

El principal reto que tiene hoy el Ministerio es dejar sentadas las bases para que la cultura no quede desprotegida, incluso con un cambio de gobierno.

El presidente veía con perplejidad este sobre vacío que tenía una inscripción: “Del presidente Gustavo Petro Para el Movimiento Cultural Colombiano”. Este sobre que en realidad es una obra de arte conceptual, debe llenarse de contenido, de las acciones que el gobierno parece estar decidido a cumplir hasta el momento.

Pero hace falta algo que nos hemos cansado de exigir desde hace tiempo y que es el móvil del estallido social y cultural del 21: la Ley del artista, que existe desde el gobierno de Belisario Betancourt pero que no se aplica. Dicha ley debe ser revisada pues va destinada a cubrir salud y pensión para un trabajador de la cultura, que realiza su obra de una manera completamente diferente a otros.

Por ejemplo, un escritor trabaja todo un año o más en su novela antes de publicarla. Un pintor prepara su exposición durante varios meses y eso implica una inversión de tiempo y trabajo. Y así para los otros trabajadores de la cultura. ¿De qué viven durante este tiempo de creación los trabajadores de la cultura? La Ley 25 de 1985 pretendía en su numeral 3 crear un fondo de Seguridad Social del Artista Colombiano como una entidad de previsión social. Dicho Fondo sería administrado por el Ministerio del Trabajo y por el Ministerio de Cultura.

Hoy, las condiciones históricas no podían ser mejores: una ministra como Gloria Inés Ramírez y un ministro como Juan David Correa son los únicos que pueden llevar a cabo esta realidad social que cambiaría por completo las condiciones materiales de los trabajadores del arte y cultura que se manifestaron valientemente en épocas pandémicas y durante el estallido social. Era lo que Kafka anunciaba en su cuento “El artista del hambre”.

De manera que, al parecer la nave de la cultura en tiempos tormentosos va, a lo Fellini y está por ahora alejada de un posible naufragio y el concierto de las copas y vasos de cristal en la cocina presagian buenos puertos.

Lea en Razón Pública: Con el pabilo agotado y la llama intacta, el sector cultural recibe a su nuevo ministro

3 comentarios

Ricardo Arcos-Palma

Escrito por:

Ricardo Arcos-Palma

*Doctor en Artes y Ciencias del Arte de la Universidad de Paris 1, docente investigador de la Escuela de Artes Plásticas, Facultad de Artes de la Universidad Nacional, miembro de AICA internacional.

Compartir:

El 44 Salón Nacional de Artistas, que se lleva a cabo en Pereira hasta el 14 de noviembre

Ricardo Arcos El mundo de las artes plásticas en Colombia parece ser cada vez más un espacio de transacciones económicas y no un santuario de la cultura. ¿Irán en la misma dirección eventos estatales como el Salón Nacional de Artistas?  

Ricardo Arcos-Palma*

Continue reading «Ferias de arte y Salón de Artistas: ¿éxito comercial o especulación financiera?»

0 comentarios

Ricardo Arcos-Palma

Escrito por:

Ricardo Arcos-Palma

*Doctor en Artes y Ciencias del Arte de la Universidad de Paris 1, docente investigador de la Escuela de Artes Plásticas, Facultad de Artes de la Universidad Nacional, miembro de AICA internacional.

Compartir:

Ricardo Arcos Las obras de Doris Salcedo suelen lidiar con la ausencia y el duelo, y llevarse a cabo con un gran despliegue técnico. Sin embargo, debido a ciertas particularidades de su montaje, su última acción no fue muy bien recibida.

Ricardo Arcos-Palma*

Continue reading «Sumando ausencias de Doris Salcedo: ¿oportuna u oportunista?»

0 comentarios

Ricardo Arcos-Palma

Escrito por:

Ricardo Arcos-Palma

*Doctor en Artes y Ciencias del Arte de la Universidad de Paris 1, docente investigador de la Escuela de Artes Plásticas, Facultad de Artes de la Universidad Nacional, miembro de AICA internacional.

ISSN 2145-0439

Razonpublica.com se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. Basada en una obra en razonpublica.com.