¿El envejecimiento podría evitarse?

El envejecimiento tiene una base biológica, por lo que los investigadores están estudiando manipulaciones celulares, transfusiones de sangre joven y compuestos químicos capaces de imitar las dietas hipocalóricas.
Biólogo ganador del Premio Nobel Venki Ramakrishnan
Fotografía: David Vintiner

En 1997, una mujer francesa llamada Jeanne Calment murió a la edad de 122 años. Era la persona verificada más vieja del mundo, según el Grupo de Investigación Gerontológica. Sus hábitos diarios incluían beber un vaso de vino de Oporto y fumar un cigarrillo después de las comidas (también comía un kilo y medio de chocolate a la semana). "Nadie más ha vivido más de 120 años desde que ella murió", asegura Venki Ramakrishnan, biólogo galardonado con el Premio Nobel y autor de Why We Die (Por qué morimos). De hecho, mientras que el número de centenarios aumenta cada año, no lo hace el de personas que viven más de 110. "Esto sugiere que quizá haya un límite natural a la esperanza de vida humana".

Un límite para la vida

Si existe tal límite, es el que impone la evolución biológica. "La evolución quiere asegurarse de que tus genes tengan la máxima probabilidad de transmitirse", explica Ramakrishnan, "no le importa cuánto vivas". Esto explica, por ejemplo, por qué parece haber una correlación entre el tamaño de los animales y su esperanza de vida: en general, cuanto más grande es la especie, más tiempo vivirá. La mayoría de las moscas de mayo viven entre uno y dos días. Las mariposas monarca pueden vivir meses. Las ballenas de Groenlandia viven más de 200 años. Los tiburones de Groenlandia pueden vivir más de 500 años. "Si se trata de una especie pequeña, no tiene sentido gastar muchos recursos en mantener y reparar el cuerpo, porque las probabilidades de ser devorado o morir de hambre son altas", señala Ramakrishnan. "Las especies más grandes, en cambio, tendrán la ventaja de disponer de más tiempo para encontrar pareja y tener descendencia".

La excepciones a la regla

Unas pocas especies, sin embargo, parecen estar exentas de esta regla. La hidra, un pequeño animal de agua dulce con 12 tentáculos, no parece envejecer en absoluto. La medusa inmortal puede incluso “envejecer” hacia atrás. "Esto sugiere que el envejecimiento no es inevitable y que podríamos ser capaces de sortear nuestros límites naturales si alteramos nuestra biología", aclara Ramakrishnan.

Por eso, comprender los fundamentos biológicos de por qué envejecemos y morimos es un tema de investigación tan candente hoy en día. Los científicos intentan averiguar cómo manipular los procesos de envejecimiento celular, por ejemplo, cómo destruir las células senescentes (células envejecidas que causan inflamación) o cómo reprogramar las células para revertirlas a un estado de desarrollo anterior. En la última década se han publicado más de 300,000 artículos científicos sobre el envejecimiento y se han invertido miles de millones de dólares en más de 700 empresas de longevidad, como Altos Labs, Human Longevity, Elysium Health y Calico.

Sangre joven y una dieta baja en calorías

Una de las vías de investigación más prometedoras es el descubrimiento de compuestos químicos capaces de imitar los efectos de una dieta hipocalórica, reconocida como uno de los métodos más eficaces para retrasar el envejecimiento. Uno de estos compuestos es la rapamicina, descubierta por primera vez en el suelo de la Isla de Pascua por sus propiedades antifúngicas. "Más tarde descubrieron que también era un potente antitumoral y antiinflamatorio", destaca Ramakrishnan, "pero también es inmunosupresor, por lo que también puede hacer a la gente propensa a las infecciones y ralentizar la cicatrización de las heridas. Tenemos que encontrar ese punto dulce entre no tener los efectos secundarios y tener solamente los beneficios [el antienvejecimiento]."

Los investigadores de la longevidad también están familiarizados con una serie de estudios que demuestran que la sangre joven puede rejuvenecer cuerpos viejos, al menos en ratones. Este descubrimiento se produjo cuando los investigadores conectaron quirúrgicamente por primera vez el sistema circulatorio de un ratón joven y otro viejo (una técnica llamada parabiosis) y observaron que este procedimiento ralentizaba los síntomas del envejecimiento, alargando la vida del animal más viejo en un 10%. Ramakrishnan señala que, aunque los científicos siguen tratando de identificar los factores de la sangre joven que causan este efecto, "hay empresas que se han precipitado y han empezado a ofrecer plasma joven a multimillonarios".

"Mientras esperamos a que todo esto ocurra, hay cosas que podemos hacer", señala Ramakrishnan, "probablemente sean similares a los consejos que te daban tus abuelos. Come con moderación, sigue una dieta sana, duerme lo suficiente y haz ejercicio. Resulta que cada uno de ellos afecta a los otros, así que en realidad es un círculo virtuoso. Si los haces todos a la vez, funciona mejor que cualquier medicamento del mercado, no tiene efectos secundarios y es gratis".

Este artículo fue publicado originalmente en el número de julio/agosto de 2024 de la revista WIRED UK. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.