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Las diferencias entre el mundo académico y el profesional

Aún recuerdo cuando hice la transición de las aulas al mundo corporativo. Si hubiese sabido en ese momento las diferencias entre ambos entornos, me habría ahorrado montones de dolores de cabeza y, honestamente, también a mis compañeros y gerentes. En la universidad sabes cuándo serán los exámenes finales y tienes fechas específicas para las entregas de trabajos. Probablemente, el mayor dolor de cabeza que has tenido es hacer que el remolón del grupo entregue su parte del trabajo a tiempo para no perjudicar al grupo de estudios. El mundo corporativo es un tanto diferente en ese sentido. Dependiendo de la organización y del departamento en el que vas a trabajar, puedes tener un entorno muy competitivo entre tus colegas, sobre todo si hablamos de un departamento de ventas, mientras que en el mundo académico no se trata de una competencia, sino de conseguir el objetivo común, que es terminar la carrera y obtener un título universitario que te respalde profesionalmente. Asimismo, mientras que en la universidad podríamos apelar a la compasión del docente para ampliar un plazo de entrega de algún trabajo, en el mundo laboral los plazos para entregas de proyectos pueden ser más estrictos, ya que pueden representar interrupción de servicios y, consecuentemente, interrupción del negocio. Esto implica un impacto en la calidad del servicio otorgado a los clientes y en los ingresos de la empresa. Y mientras en la universidad se te evaluaba con base a calificaciones, en el mundo corporativo se hará con base a tus capacidades y aportes a la organización. Es muy probable que al inicio de tu carrera sientas que tienes mucho que aprender. Existe una gran diferencia entre la teoría y la puesta en práctica de lo aprendido en el mundo real, y mientras empiezas tu proceso de adaptación tendrás muchas dudas. Por tanto, que no te avergüence hacer preguntas. Recuerda tomar notas y, lo más importante, no desesperes. El conocimiento lo irás adquiriendo poco a poco, en el día a día, con práctica, empuje y dedicación. Así que ten paciencia y compasión contigo mismo y con tu proceso de aprendizaje.

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